El Baúl de Gerwuer

EL PEOR REGALO DE NAVIDAD QUE HE RECIBIDO. por Greg Stier (Una historia real) Tenía 6 años. Estábamos en casa de mis abuelos con todos mis tíos, tías y primos.  Para situar un poco el telón de fondo, debes saber que me crié en el norte de Denver, que en aquella época era la zona con mayor índice de criminalidad de nuestra ciudad.   Mis tíos eran “Street Fighters” , luchadores callejeros, culturistas y levantadores de pesas. De hecho, la mafia local tenía un apodo para mis tíos. Los llamaban “The crazy brothers.” (Los hermanos locos). La violencia formaba parte de nuestra vida cotidiana.  Aunque mi madre era la única chica del grupo, todos mis tíos la respetaban porque utilizaba un bate de béisbol cuando se peleaba (lo cual sucedía muy a menudo). Todos parecían duros en mi familia, excepto yo.   Yo era un niño tranquilo e introspectivo, al que le encantaba leer libros. Era como el joven Sheldon en una familia que se parecía más a los Hijos de la Anarquía. No encajaba en mi familia mac

Reflexión para todo Marinero que ha caído del velero Me atrevo a decir que no existe marinero que, aún estando en la embarcación junto con el Señor, nunca se haya dado un resbalón.  Todos hemos caído, tal vez por andar distraídos, tal vez por quedarnos dormidos. El asunto es no permanecer en esta condición. Si te has caído, si te encuentras sumergido en un mar de pecado, no tardes en pedir perdón. Vuelve hoy a Cristo te lo pido por favor. Aquí, en mi Baúl de tesoros, guardo una preciosa canción que escuche en mi juventud. La letra siempre me anima y me recuerda que puedo volver a Jesús pidiendo perdón. Si he caído, si me he apartado, si a Dios le he fallado, de seguro muchos me dejarán de lado.  La gente tal vez me desprecie, me juzgue, me critique y hasta me rechace, pero no dudo que si vuelvo a Cristo, con su amor, muy fuerte me abrace.  Ya lo hizo en el pasado, cuando a sus pies vine por primera vez. Él fue quien me levantó muchas veces cuando tropecé, y me amó aún cuando le fallé.